sábado, 9 de enero de 2010

CAPITULO 25

Ángel no podía dormir. Se pasó toda la noche con los ojos abiertos, mirando fijamente el techo. No se podía quitar de la cabeza la actitud tan extraña de su amigo aquella tarde. Debía averiguar lo que le pasaba. Y todo empezó aquella famosa noche... Quería... Debía... ¡Necesitaba hablar con él! Ese distanciamiento que se empezaba a formar entre los dos no era buena señal. Cuando eran jóvenes, se lo contaban todo, los secretos más inconfesables, las buenas nuevas, incluso los peores momentos. Y ahí estaba el otro, para ayudarle en lo que fuera.

Ángel recuerda aquella vez que, hará unos doce o trece años, cuando él mismo tuvo aquel horrendo flirteo con las drogas... Y Dani estuvo ahí, siempre, a su lado. A pesar de alejarle de su vida, a pesar de mentirle, a pesar de sisarle, a pesar de, incluso, golpearle, Dani le ayudó y consiguieron que él lo dejara (quizá por eso Ángel no fuma).

O aquella vez en que Dani, poco después de sus inicios en los monólogos, un grupo de bárbaros le esperaron a la salida del garito y le dieron una señora paliza, según parecía, por ciertos comentarios de su monólogo que no gustaron. Pero ahí estuvo él. Apareció en el momento oportuno. Saliendo del lugar por la puerta principal, se dirigió al momento al callejón para comentarle la actuación, y vio a aquel enjambre acribillando a puñetazos un bulto tirado en el suelo. Cuando vio asustado que se movía, acudió en su ayuda, sin pensárselo dos veces. Los dos terminaron en el hospital, pero salvaron la vida (sobre todo a que Ángel tuvo la sangre fría de llamar antes de entrometerse en la pelea a la policía).

Por todo lo que vivieron juntos, Ángel se merecía una respuesta a la actitud de Dani. ¿Qué demonios le pasaría? Pero algo le aleja de estos pensamientos por un instante. Ángel nota un pequeño peso sobre su vientre a la vez que le aprisiona el costado. Ángel no se puede mover. Sólo el cuello. Mira a su lado. Sonríe.

- Por lo menos esta vez me acuerdo de todo,- piensa.

Era la segunda vez que estaba en aquella cama. Patricia le abrazaba, con el rostro tapado por su cabello y la almohada.

- ¿En qué piensas?,- le pregunta adormilada.

- En nada...

- Mentiroso...,- se acomoda -. Cuéntamelo, anda. Es Dani, ¿verdad?

- ¿Tú también lo has notado?

- Durante todo el programa le veía raro, sí. Pero fue en su sección donde me di cuenta. Ni siquiera me miró en ningún momento,- se sienta -. ¿Sabes si le he hecho algo?

- No lo sé, pero no lo creo,- la toma de las manos -. Ya sabes que Dani te quiere mucho, y si le hubieras hecho algo, él te lo habría dicho...

- ¿Y él no te ha dicho nada a ti?

- ¿A mí? ¡Qué va! Si al final del programa ni siquiera pude hablar con él. Se fue como alma que lleva el diablo,- se quedaron un rato en silencio, mirando sus regazos -. Me preocupa, Patricia. Es mi amigo, y nunca le había visto así. Sé que hay algo que le ronda la cabeza, pero...

- ¿Quieres que mañana hable yo con él?

- ¡No, no!,- el sobresalto de Ángel asustó a Patricia -. No quiero que te lleves una bofetada por nada. Déjame a mí, que le conozco desde siempre y sé cómo tratarle,- la besa en la mejilla -. Y ahora duerme, princesa meva, que mañana nos espera un día duro.

- Me encanta cuando me hablas en catalán...,- responde la rubia, besándole en los labios para después, tumbarse en la cama a su lado y abrazarle, posando su cabeza en el pecho del catalán.

1 comentario:

  1. Oh,madre mia que gran fic he estado una hora leyendo los 25 caps sin parar,eres realmente bueno!

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