sábado, 2 de enero de 2010

CAPITULO 18

- Emma...

Ángel la miraba a los ojos. No se podía creer lo que estaba a punto de hacer, de decir. La tomaba de las manos entre dulce y fuertemente, como si temiera perderla para siempre.

- Ángel...

La voz de Emma sonaba quebrada. Ángel notaba un brillo especial en sus ojos, aquel brillo que él vio por primera vez, cuando se conocieron.

- Emma,- le dice -. Sabes que te quiero. Eres mi vida, mi razón por la que yo existo en este mundo. Sabes que haría cualquier cosa por ti, arriesgaría mi vida por verte feliz. Que siempre estaré a tu lado y que jamás te abandonaría, ya que eso te haría daño, y no quiero hacerte daño.

- Ángel...,- la voz de Emma se desvanecía poco a poco -. ¿Qué te pasa?

- Emma. Recuerda que te amo y te amaré por siempre.

- Ángel. Me estás asustando...

- ¡No! ¡No!,- se acerca a ella, con la mirada asustada -. ¡Eso nunca! ¿Me oyes?

Ángel la acaricia el cabello. Emma derrama una lágrima. Nunca antes había estado tan "excesivamente" romántico.

- ¿Te... te acuerdas de la otra semana? ¿Aquella que tan raro estuve?

- Sí...

Ángel toma aire antes de continuar.

- La razón es que... Patricia... está...,- no le salía la palabra. Emma le miraba extrañado, hasta que comprende.

- ¿Embarazada?,- pregunta alegre -. ¿Patricia está embarazada? ¡Eso es maravilloso! ¿Y por qué no me lo habías dicho antes? ¡Tengo que llamarla para felicitarla! ¡A ella y a Dani!

- No es Dani...,- la interrumpe, cabizbajo.

- ¿Cómo?,- pregunta Emma, sin comprender, y con la sonrisa aún en el rostro.

- Que el padre no es Dani...

- Entonces... ¿quién?,- Emma mira a Ángel. Éste seguía con la mirada en el suelo. El rostro de Emma empezó a cambiar. Sus ojos se empañaron, su sonrisa forzaba seriedad, su voz se quebraba -. No... No... Ángel, dime que no. No es verdad. No puede ser...

- Sí lo es...,- a Ángel también le costaba articular palabras.

- Pero, ¿cómo?

- Aquella noche que salí con Dani... Nos encontramos con Patricia... Y eso es lo último que recuerdo... El alcohol me ha borrado el resto de la noche. Lo siguiente que recuerdo es despertarme en su cama...

- Pero..., ¿seguro que es...?

- Sí... Estoy seguro... Aunque ella niega siempre que pasó algo, pero las pruebas...,- Emma no le dejó terminar. Le abofetea.

- Ángel. Sé que tú nunca serías capaz de algo así. No es propio de ti. Pero lo has hecho. Ángel, yo también te amo, y sabes que te apoyaré y ayudaré en todo lo que necesites, pero esto... Habría aceptado que te enamoraras de Patricia, habría aceptado que te acostaras con ella una sóla noche, pero el que además la hayas dejado embarazada... Lo siento, Ángel, pero no puedo con eso...,- y se da media vuelta y se mete en la habitación. Ángel lloraba en silencio, al igual que Emma. Y llorando se durmió.

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