sábado, 6 de febrero de 2010

CAPITULO 52

Y ahí estaba ella. En medio de la habitación, con el cabello alborotado, mirándoles fijamente sin poder reaccionar. Tenía la falda a medio abrochar, la blusa a medio poner, con una manga sin brazo, con un zapato en el pie y otro en la mano. En la otra mano su móvil. Ángel y Patricia la miraban perplejos, pero con la sonrisa comenzando a aparecer en sus rostros. Dani logra adelantarse e interponerse en el campo visual.

- No es lo que pensáis,- contesta a sus amigos, extendiendo los brazos en un vano intento para ocultarla.

- Pues que no hubiera contestado antes por teléfono,- responde Ángel, con cierto halo de victoria.

- Pero esto era lo que queríais, ¿no?,- Berta baja uno de los brazos de Dani, avergonzada. Dani vuelve el rostro hacia ella -. Queríais que Dani y yo acabáramos juntos, ¿verdad?,- Patricia y Ángel se miran entre ellos y luego vuelven a mirar a Berta. Berta mira a Dani. Busca su mano. Dani le toma de la mano fuertemente y sonríe.

- ¿Por eso habéis estado toda la noche despiertos?,- pregunta Ángel.

- ¡No, no, no!,- Dani y Berta exclaman torpemente. Comienzan a hablar los dos a la vez, con cierto tartamudeo.

- De uno en uno...

Dani y Berta se miran. Dani, en un gesto de cabeza, le indica a Berta que sea ella la encargada de dar la explicación. Berta baja el rostro antes de comenzar.

- Veréis... La verdad es que nos hemos pasado la noche en vela, hablando. Simple y llanamente. Hemos hablado de nosotros, de nuestras vidas, nuestras cosas...

- Y hemos descubierto,- continúa Dani, sin soltarla de la mano -, que tenemos bastantes cosas en común...

- Así que hemos decidido probar a ver hasta dónde llega esto.

- Pero, ¿vais en serio?,- pregunta Patricia. Berta asiente. Patricia corre hacia ella y la abraza. Ángel le da un leve golpe con el puño en el hombro a su amigo, a lo que éste responde con sonrojo. Patricia y Berta salen de la habitación, hablando entre ellas. Los dos chicos las siguen.

- Canalla...,- Ángel fuerza a Dani a agacharse, rodeando su cuello con un brazo y frotando enérgicamente su puño en la cabeza de su amigo -. Pero dime la verdad. ¿Al final tú y Berta...?,- no hacía falta que Dani contestara. El sonrojo que cada vez se hacía más visible en su rostro delataba lo que ocurrió esa noche. Ángel vuelve a frotarle la coronilla -. Maleït bribón...

Pero un grito de Berta les hiela la sangre.

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