lunes, 1 de febrero de 2010

CAPITULO 48

- Esto es increíble...,- susurraba Ángel mientras marcaba aquel número en su móvil por enésima vez. Como las otras veces, saltó el contestador -. Dani, tío. ¿Dónde estás? Tú jamás dejas puesto el contestador. Estoy muy preocupado. Llámame en cuanto oigas esto. Por favor.

Patricia le abraza por la espalda.

- Tranquilo, Ángel,- le susurra dulcemente en el oído -. Seguro que nuestro plan resultó y está otra vez con Berta. Seguro que están hablando de todo este lío de faldas en el que estamos todos involucrados.

- Pero no es normal en Dani...,- Ángel estaba muy preocupado.

Patricia toma su muñeca y mira el reloj.

- Son las cinco de la tarde,- responde apática -. Llevas desde las diez de la mañana llamándole... ¿No crees que a lo mejor no quiere contestarte por pesado?

- Patricia, que no estoy para bromas...,- Ángel estaba muy serio.

- Tan sólo trataba de animarte un poco...,- Ángel suspira, bajando el rostro. Toma su mano, que estaba sobre su hombro.

- Perdóname, Patri. Pero ya te he dicho que él nunca jamás dejaba una llamada en espera. Siempre respondía. Y creo que me he asustado...

- Seguro que no es nada. A lo mejor se ha dejado el móvil en casa.

- ¿Dani? No creo...

- O está sin saldo...

- Es de contrato.

- O no tiene batería. ¿Que me dices a eso?,- el tono de Patri sonaba cada vez más retador. Pero lo vuelve a endulzar mientras le acaricia la barba -. Tú tranquilo, que en cuanto vea las llamadas que le has hecho te llama,- y le besa en la mejilla antes de dejarle solo en el salón e irse a la ducha. Ángel vuelve a mirar su móvil. Suspira. Quiere volver a marcar, pero se arrepiente justo antes de teclear el primer dígito.

- Ángel...,- se dice a sí mismo -. Te estás emparanoiando. Se supone que el obseso es él...,- y deja el móvil en la mesa que tiene delante antes de dejarse caer sobre el respaldo del sofá. Se queda mirando el móvil unos segundos. Le atrae. Le puede. Intenta resistirse, pero Ángel admite su falta de voluntad. Toma el móvil y marca nuevamente -. La última.

Un tono. No lo coge. Dos tonos. No va a contestar. Tres tonos. Ángel, cálmate. No llega a oírse completo el cuarto tono.

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