lunes, 1 de febrero de 2010

CAPITULO 49

- Pels teus morts que sigui l'Apocalipsi,- responde una somnolienta voz.

- ¡Dani, tío! ¡Ya era hora de que lo cogieras!

- ¿Ángel?

- ¿Se puede saber qué te pasa que no me lo has cogido en todo el día?

- Estaba durmiendo...

- ¿Todo el día? Bueno... Cambiando de tema... ¿Qué tal ayer?

- ¿Ayer?

- Sí... Perdona que Patri y yo os dejásemos solos en el cine... Pero era la única manera...

- Ya lo suponía...,- la voz de Dani sonaba más despejada.

- Perdona, tío... Espero que haya ido todo bien...

- Bueno... Al principio estábamos muy tensos los dos, pero al final nos relajamos y pudimos hablar.

- ¿Y?

- ¿Cómo que "y"?

- No quiero ser un marujo, pero...

- Ya...,- Dani se sonríe -. El resto del día fue bien... Aún estábamos algo nerviosos y eso, pero a medida que pasaba la tarde, nos fuimos abriendo más.

- Así que al final todo bien, ¿no?

- Sí.

- ¿Habéis hablado... de lo que teníais que hablar?

- Sí.

- Pues entonces ya me siento mejor. Que era raro que no me llamaras por la mañana y me dedicaras esos piropos tan bonitos que dices siempre... Ya sabes... Gilipollas, cabrón... Que con tu voz suena tan bien...,- el Ángel sarcástico de siempre.

- Ya te he dicho que estaba durmiendo... Y con el móvil en silencio... Bueno, te lo he cogido ahora porque me he despertado y notaba el móvil vibrando en la mesilla.

- ¿Has estado durmiendo toda la tarde?,- Ángel se asombraba.

- Pues sí. Así es.

- ¿A que hora te has acostado entonces?

- Recuerdo oír dar las ocho de la mañana...

- ¿Has estado toda la noche despierto?

- Sí...,- seseo inseguro.

- ¿Y qué has estado haciendo?

- Lo que a ti no te incumbe, maldito enano,- cuelga.

Ángel no salía de su asombro. No por la respuesta, sino por quién le respondió. Porque la última frase no la dijo su amigo. Es más, esa voz era demasiado suave para la ronquera de su amigo. Además, esa voz le sonaba...

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