En unos minutos llegaron a casa de Dani. Entre risas, suben las escaleras y pronto se topan con la puerta principal. Tras dudar unos segundos, Ángel pulsa el timbre. Se miran a los ojos, como avergonzándose y recriminándose mutuamente lo que estaban haciendo. Ángel vuelve a tocar el timbre por segunda vez. Un pequeño ruido procedente del interior de la casa les sobresalta primero, y les hace sonreír después. Tras dudar un momento, los dos acercan poco a poco sus oídos a la puerta, quedando cara a cara el uno del otro. No se oye mucho, salvo ciertos cuchicheos y siseos. Un golpe. Un quejido ahogado. Un siseo. Una puerta cerrándose. Unos pasos que se acercan. Se abre la puerta. Patricia y Ángel despegan sus orejas de la puerta a tiempo. El sonrojo comienza a aparecer en sus rostros.
- Hola Dani,- contestan.
- Hola chicos,- Dani estaba acalorado. Tenía los ojos totalmente abiertos, respiraba jadeante, con el pelo totalmente desordenado, con una camisa vieja con un descolorido logotipo de los 90, y unos vaqueros a medio abrochar -. ¿Qué hacéis aquí?
- Venimos a verte,- contesta Ángel, acicalándole el pelo revuelto -. ¿O es que no podemos?
- ¡Sí, sí, claro que podéis!,- Dani seguía sin centrarse.
- ¿Nos vas a dejar pasar o qué?,- Patricia le sigue el juego al enano.
- ¿Ahora?,- Dani mira detrás de él -. Es que tengo la casa patas arriba y...
- Dani, que hemos compartido piso,- Ángel entra. Dani no sabe reaccionar -. No me voy a asustar de nada.
- Ni yo,- responde Patricia, sacándose un pañuelo del bolso y restregando las comisuras de la boca de Dani. Le muestra la suciedad que el pañuelo ha recogido y Dani se sonroja. Tanto o más como el sello femenino que le habían dejado ahí. Dani cierra la puerta y se adelanta al salón, donde Ángel parecía buscar algo.
- Bueno, ¿y qué os trae por aquí?
- Veníamos tan sólo a verte qué tal te encuentras...,- Ángel no le ha mirado en ningún momento.
- Ya veo que tienes muchas ganas de verme,- responde Dani -. Ni siquiera te has dignado a mirarme.
Patri sonríe. Ángel se para y se vuelve a ellos. Acude junto a la rubia y le susurra algo al oído. Patricia se da la vuelta mientras busca en su bolso. Ángel lleva a Dani hasta el sofá.
- Bueno, Dani. ¿Todo bien? ¿Seguro?,- Ángel por fin se vuelve serio. Le está mirando a los ojos.
- Sí, todo bien. De verdad,- Ángel le da la vuelta a las muñecas. Las cicatrices ya no se veían -. Las de mi corazón también han cicatrizado bastante rápido.
- Me alegro por ti, tío,- y se abrazan fraternalmente. Un abrazo que es interrumpido por una melodía. Una melodía procedente de la habitación. Los tres se vuelven. Ángel mira a Patricia, la cual tiene el móvil en la oreja. Dani se queda petrificado. Ángel y Dani se miran por un segundo. Ángel reacciona y corre hasta la puerta. Dani no llega a detenerlo a tiempo. Al llegar a la puerta, Ángel se detiene, cuenta hasta tres mentalmente y abre la puerta de golpe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario