viernes, 26 de marzo de 2010

EPILOGO

Era una calurosa tarde de comienzos de otoño. Un hombre, ya entrado en la cuarentena, estaba sentado en un banco. Se ocultaba en un gran periódico, por encima del cual espiaba el parque infantil que había delante de él. Varios niños jugaban alegres. Los padres conversaban entre ellos, a la vez que algunos cuidaban de los niños para que no se hicieran daño. Otro hombre se sienta junto a él.

- Bona tarda,- se responden ambos, sin apenas mirarse.


El segundo hombre, igualmente en la cuarentena, se fija de repente en su compañero de banco, le mira fijamente.


- ¿Ángel?,- pregunta, sorprendido. El otro hombre baja el periódico y le ve.


- ¿Dani?


Los dos hombres se reconocen y se saludan afectuosamente.


- ¡Caray, Ángel! ¡Cuánto tiempo!


- ¡Ya te digo! ¿Cuánto ha pasado ya? ¿Siete, ocho años?


- Diez,- responde Dani, con cierta vergüenza.


- ¡Diez!,- silba Ángel -. Y, dime, ¿qué es de tu vida? Que perdimos vuestros números y no sabemos nada más de vosotros después del bautizo.


- Pues Berta y yo nos hemos mudado. Ahora vivimos por Legazpi. Luego te paso la dirección y mi nuevo número, que me lo cambié hace poco. ¿Y Patricia y tú qué tal lo lleváis? ¿Seguís viviendo donde siempre?


- Sí, seguimos en Valladolid.


- ¿Y qué hacéis aquí en Barcelona?


- Pues hemos venido para que mis padres conozcan a su nieto.


- Hombre... Después de diez años que aún no hayan visto al pequeño Ángel...


- ¡No, no! ¡Si a Ángel sí que le conocen!


- ¿Entonces...?,- los dos quedan en silencio. Ángel se ruboriza mientras su amigo le mira fijamente, con los ojos como platos y dibujando una gigantesca sonrisa en su rostro -. ¡Enhorabuena!,- le abraza efusivamente -. ¿Y qué tiempo tiene?


- Pues apenas seis meses.


- Joder...,- se le queda mirando en jarras -. Al fin tenéis un hijo de los dos...


- Dani...,- Ángel carraspea -. Que Ángel también es mi hijo...


- Perdona... Pero ya sabes a lo que me refiero... ¡En fin! ¿Y Patricia?,- mira a todas partes.


- Pues con mis padres en casa. Yo me he traído al pequeño al parque para que no molestara en casa... Por cierto, ¿y tú qué haces aquí?


- Bueno... Yo también estoy aquí por motivos familiares... Pero de otra índole...,- Dani baja la cabeza, entristecido. Ángel posa su mano en su rodilla -. Mi padre ha muerto...


- Oh... Lo siento mucho...,- le toma del hombro -. ¿Y Berta?


- Con mi madre, consolándola.


- ¿Y tú, por qué no estás con ellas?


Un niño, de unos once años, les interrumpe. Se acerca sin dudarlo a Ángel


- ¿Me das dinero para un helado?,- pregunta.


- No, que luego no comes.


- ¡Que sí como!


- Que no.


- ¡Jo, papá...!


- Ya sabes que luego mamá se enfada conmigo.


- ¿Es Ángel?,- pregunta, sorprendido, Dani.


- Sí.


Dani mira al niño. Éste mira a Dani, tímido.


- No te acuerdas de mí, ¿verdad? Ha pasado tanto tiempo... Soy el tío Dani. ¿No te acuerdas? Lo suponía... Bueno, simplemente que sepas que tus papás son amigos míos. Ya nos pasaremos un día por casa. ¡Por cierto! ¡Tu papá me ha dicho que tienes un hermanito! ¿Cómo se llama?,- el niño calla, sonriente.


- Di: "Se llama Dani",- responde Ángel, mirando al niño. Dani mira a su amigo.


- ¿Dani?,- Ángel le mira.


- Anda, ve a jugar un poco más,- le dice al niño. Se vuelve a Dani -. Sí. Bueno, legalmente se llama Daniel Alberto.


- ¿Le habéis puesto mi nombre?


- ¡Y el de Berta! Sólo que llamarle Berto no nos gustaba mucho y lo camuflamos con un Alberto,- Dani tenía los ojos brillando, y Ángel se da cuenta -. Ya sabes cómo me sentí yo cuando Patricia le puso mi nombre a su hijo.


- En fin,- Dani se enjuga las lágrimas -. Yo ya me tengo que ir... ¿Seguiréis aquí mañana?


- Sí, estaremos otros dos días más. ¿Y vosotros?


- Bueno... Mañana es el entierro...


- Pues mañana Patricia y yo nos pasaremos a saludaros.


- Pues hasta mañana entonces,- se levantan del banco y se abrazan -. Ha sido un placer encontrarnos después de tanto tiempo,- se dirige al parque -. ¡Patricia! ¡Patricia!,- una niña de unos diez años acude rauda junto a Dani -. Venga, que nos vamos.


- Jo, papá... Quiero quedarme un rato más...


- Patricia Ángela Mateo Collado. A casa, que es muy tarde,- Dani se da cuenta de la sonrisa cabizbaja de Ángel -. ¿Y tú, de qué te ríes?


- Que la has puesto nuestros nombres...


- Sí, como tú con el tuyo.


- ¿Te imaginas que tu hija y mi hijo, el mayor, se conocieran?,- Dani no comprendía -. Sería como revivir lo mío con Patricia,- los dos ríen.


- ¡Y seríamos consuegros!,- más risas -. En fin, Ángel. Nos vemos mañana, ¿no?


- Sí.


- Sería a las doce, en el barrio gótico. Hasta mañana.


- Hasta mañana. Y dale recuerdos a Berta.

4 comentarios:

  1. final de fic merece coment aki
    pa la posteridad
    qe los del tuenti se kedan paginas atrás xD
    pues nah chico qe me encanta como escribes, me priva!
    eres increible, como lo detallas todo, como consigues transmitir las emociones a través de las palabras...en serio es increible...
    ahora tendré mono de más!!
    xD

    un besazo aitoor
    a ver si te da un arrebato y escribes algooo

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  2. lo acabo de leer de principio a fin. IM-PRESIONANTE

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  3. Esto es "Ncreible"....(voz de Bisbal). Escribes genial.

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  4. Soy xXNaat96Xx.
    ¿No se va a seguir la historia? :(
    Me había enganchado.... Ahora me siento vacía.
    Te iba decir otra cosa, el Epílogo no es al principio de los libros ¿? ¿Vas a hacer otra historia?

    ¡Felicidades!

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