miércoles, 24 de marzo de 2010

CAPITULO 84

Dani volvió a las dos horas. Cuando entra en la habitación, lo hace violentamente, con una inquietante sonrisa en la boca y jadeando. Al abrir la puerta, se queda quieto, como tratando de tranquilizarse. Había estado corriendo por todo el hospital cuando volvió. Se había ido repentinamente del hospital, con la obsesión clavada en su mente. Se sentía en la obligación de hacer algo, de hacer aquello que tan de repente le llegó a su cabeza. Tenía que ser ahora o nunca. No podía perder ni un segundo. Salió del hospital y anduvo merodeando por todo Madrid, como buscando algo que parecía imposible de encontrar, pero lo encontró. Y cuando lo hubo encontrado, volvió a todo correr hasta el hospital.

Berta y Patricia dieron un respingo al abrirse la puerta. Al ver a Dani con aspecto de loco, se asustaron un poco, pero Berta reaccionó.

- ¿Se puede saber qué te traes ahora entre manos?

- Patricia. ¿Puedes dejarnos a solas un momento?

Patricia, aún en estado de shock por la entrada de Dani, movía su mirada entre él y Berta. como esperando una respuesta por parte de los dos. A un gesto de Berta, Patricia se levanta, indecisa, y, lentamente, se dirige a la puerta, sin apartar la mirada de su amiga. Cuando llega a la puerta, junto a Dani, éste la toma de la muñeca y se la lleva fuera. Se acerca a ella, como si fuera a contarla un secreto.

- Necesito que nos dejes solos unos minutos,- le susurra mientras le enseña una cajita que escondía en el bolsillo de su chaqueta. Patricia observa, ojiabierta, la cajita. Sus ojos se iluminan al tiempo que abre la boca, asombrada. Iba a hablar, pero Dani le tapa la boca -. No digas nada. Tan sólo déjanos solos. Puedes ir a ver a Ángel otra vez.

Patricia, con la luz de la sonrisa en su rostro, vuelve al cuarto y llama a su hijo, quien acude raudo junto a ella. Patricia toma a su hijo y toma el camino a la habitación de Ángel. Dani se la queda mirando y, cuando desaparece tras una esquina, entra en el cuarto y cierra la puerta. Se dirige junto a Berta y se sienta en la cama.

- ¿Se puede saber qué os pasa a todos últimamente?,- Dani le pone un dedo en los labios para que calle.

- Perdóname por mi repentina salida de antes, pero necesitaba hacer una cosa. ¡Lo sé, lo sé! Pero es que me vino de repente la idea y tenía que hacerlo ya. Espero que me perdones, pero lo de antes, cuando nos interrumpió Patricia, creo yo que estaba quedando bastante bien, pero cuando vino ella, se me cortó el rollo y ya me sentí muy incómodo. Ya sé que has dicho que sí, pero...,- Dani saca la cajita del bolsillo de la chaqueta. Berta observa muda y atónita. Dani también cesa de hablar. Abre la cajita y toma algo de su interior. Toma una mano de Berta. Le coloca un anillo en el dedo corazón -. Así queda mejor, ¿no?

Berta se lleva la otra mano a la boca al tiempo que comienza a derramar una lágrima, absorta en el brillo de la sortija. Levanta el rostro y mira a Dani.

- Ahora es perfecto,- murmura la rubia, abrazándose después a Dani.

- Berta,- susurra Dani al oído de ella -. ¿Quieres casarte conmigo?

Berta le abraza con más fuerza al tiempo que asiente con la cabeza y se deja llevar por las lágrimas. Dani la mira a los ojos al tiempo que le seca las lágrimas. Y sin más que decirse, sellan su unión con un apasionado beso.

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