viernes, 18 de diciembre de 2009

CAPITULO 4

- ¿Patricia?

El grito de Dani hizo que todo el mundo se volviera a mirarlos. Ángel agacha la cabeza avergonzado mientras le chista. Dani mira a su alrededor. El sonrojo también conquistó sus mejillas.

- ¿Patricia?,- repitió Dani, en un susurro, gacho -. ¿Pero cómo?

- No lo sé… Fue de la noche a la mañana…

- Pero tú sigues amando a Emma, ¿verdad?

- ¡Con toda mi alma!,- Ángel miraba fijamente a Dani. Sus ojos brillaban como pocas veces -. Pero es que Patricia…,- vuelve a desviar su mirada -. Patricia… ¿No te has parado nunca a verla detenidamente? Sus ojos, con ese brillo tan particular… Ese cabello tan suave… Esa sonrisa que te alegra hasta el peor de tus días…,- Dani escuchaba atentamente -. ¿Es que nunca te has fijado en ello? ¡Vamos, tío! Vale que tu sección dure apenas diez o quince minutos, pero es más que suficiente para que te fijes un momento. No me di cuenta en estos últimos años hasta hace unos días… Vino Dani Martín a buscarla a los estudios… Les vi abrazarse, besarse… Se respiraba tanto amor… Emma nunca vino a los estudios… Ni siquiera una simple llamada… Y ahí noté un no sé qué que me invadió toda mi alma… No supe qué era hasta que el otro día ella me besó…,- Dani quedó boquiabierto -. No, no es lo que piensas. Fue un beso en la mejilla. No recuerdo a qué vino aquello, pero fue suficiente para hacerme temblar, hacer que mis piernas vacilaran, que mi mente se nublara y que mi alma abandonara mi cuerpo. No supe reaccionar. Me quedé de piedra. Ella me hablaba y yo me quedé ahí, como un imbécil, sin poder articular una sola palabra. Pero…,- Ángel se paró en seco.

- ¿Pero qué?,- Dani seguía la explicación de Ángel sin apenas parpadear, como si fuera a perderse algo importante de la conversación.

- Pero…,- Ángel cierra los ojos, como buscando fuerzas para seguir, al tiempo que se mordía el labio inferior -. Pero… Aquel beso… ¡Oh, Dios…!

- ¿Qué? ¡Qué!,- Dani le alentaba excitado. Ángel se estaba volviendo rojo por momentos. Pide a su amigo que se acercara a él.

- Creo que me empalmé y todo…,- le susurra al oído.

Dani no salía de su asombro.

- Nunca antes me había pasado nada parecido,- continuaba un Ángel totalmente avergonzado -. Ni siquiera con Emma. Y tengo miedo de emparanoiarme con esto, y que Emma llegue a enterarse… Por favor te lo pido. Sé discreto y no se lo cuentes a nadie… A nadie,- Ángel recalcó mucho la última palabra.

Ángel vuelve a sumergirse en la adoración hacia su cerveza. Dani le mira durante unos segundos para luego volverse a un lado. Sus ojos casi se salían de sus órbitas. Pensaba en lo que su amigo le había confesado. ¿A Ángel le gustaba Patricia? ¡A Ángel le gustaba Patricia! ¡No se lo podía creer! Él también empezó a tener ganas de contárselo a alguien, era una noticia de gran impacto, pero Ángel era su amigo, no quería destrozarle la vida contándoselo a alguien y que luego Emma se enterara y… Y Patricia también… No, si se supiera esa noticia, sus vidas ya no serán las mismas. ¿Qué debía hacer él ahora? ¿Contarlo? ¿Callarse? ¿Animar a Ángel? ¿Decirle que desista? ¿Qué? Intentaba ponerse en su misma posición, y un alud de preguntas invadía su cerebro. Él tampoco sabría qué hacer. Tras mesarse durante un largo rato la barba, vuelve su mirada a Ángel. Una mirada de comprensión, de tristeza y, por qué no decirlo, de decepción.

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